«Entre el público hay una invitada muy especial», señaló Alejandro Berardi, presidente de Fundación Cimientos en el discurso previo al show de Lito Vitale con el que la organización celebró sus 25 años. Luego explicó a quién se refería: entre las miles de personas que asistieron a la gala a favor de la Educación se encontraba una joven que pudo terminar sus estudios gracias al apoyo que recibió por parte de Cimientos y hoy está finalizando sus estudios universitarios. «Historias como esta hay muchas» expresó Berardi.
Y en él coincidió Carlos Tramutola, uno de los fundadores de Fundación Cimientos, que recordó que la iniciativa surgió a partir de la inquietud de un grupo de amigos preocupados porque el acceso a la educación era cada vez más desigual. «Queríamos hacer algo para mejorar la educación pública y que estuviera al alcance de todos. En ese entonces ya se notaba que el acceso a una educación de calidad iba menguando», dijo. Contó que en 1997 la primera camada de beneficiarios eran 17 alumnos de dos escuelas de Gran Buenos Aires.
Asesorados por especialistas en Educación reconocieron la urgencia de que los estudiantes permanecieran en la escuela y finalizaran el ciclo obligatorio de educación. programa se fue aggiornando para incluir más años de educación y a la vez promover la inserción laboral, uno de los problemas más acuciantes para quienes finalizan sus estudios.
Acerca de sus razones para seguir trabajando en este proyecto, Tramutola expresó que «una sociedad es más justa cuando más miembros de la misma acceden a una vida digna. Y siguiendo con su tarea, mediante la educación, está forjando vidas dignas y por lo tanto contribuyendo a forjar una sociedad más próspera».
Luego llegó la hora del show. La Orquesta Sinfónica Aeropuertos Argentina 2000, en la que participan 45 jóvenes de barrios vulnerables, tocó el Himno Nacional. Todo el auditorio se puso espontáneamente de pie para entonar las estrofas de la canción patria. Luego, los jóvenes músicos, hicieron sonar melodías típicas de rock nacional que más de uno en los palcos tarareó con emoción.
La orquesta dio paso a Lito Vitale se sentó al piano y los invitados especiales se sucedieron en el escenario para cantar temas clásicos del repertorio autóctono. Cantaron junto al músico fue el artista protagonista de la velada y tocó el piano mientras diversos artistas, desde Lisandro Aristimuño hasta Sandra Mihanovich, pasando por Teresa Parodi, Juan Carlos Baglietto y Julia Zenko, entre otros.
Como broche de oro, Lito Vitale convocó a todos los artistas al escenario para cantar juntos Himno de mi corazón, la canción de Los Abuelos de la Nada. Los artistas le pusieron voz a cada estrofa y la orquesta melodía a todo el tema. El público tarareó el estribillo y justo antes de que bajara el telón alguien repitió una frase que impulsa a la acción: «Si hay educación, hay futuro».
La gala por los 25 años de Fundación Cimientos en el Teatro Colón fue posible gracias al apoyo de Aeropuertos Argentina 2000, Vista, Grupo Supervielle, Organización Techint, Pan American Energy, Zurich, Fundación Alfredo Peralta, Panedile, NRG, Banco Galicia, Fundación Itaú, Air Liquide, Duty Free Shop Argentina, BBVA y MegaQM. Estas empresas colaboran para que más chicos puedan concluir sus estudios en todo el país.